Todos nos equivocamos. No hay nada más humano que errar,
fallar, cagarla sobremanera una y otra vez. Lo que cuenta es que lo aceptes, te
sacudas el polvo y sigas adelante. Para mí siempre será peor no haberlo
intentado, porque tener en la cabeza esa maldita y taladrante pregunta es un
infierno, ¿Qué pregunta? Pues… ¿Y si? A todos nos ha pasado, y es una de las
peores torturas soportables por el hombre. ¡Equivócate! Mete la pata de todas
las maneras posibles porque al final una será la buena, Edison lo dijo
perfectamente claro “No fracasé, solo encontré 999 formas de cómo no hacer una
bombilla” Si tienes claro tu objetivo (ese es otro tema) lánzate a lograrlo, si
fallas, inténtalo de otra manera y así una tras otra hasta que lo logres. Se
constante, se valiente, ¡se un torrontudo! (cabezota para quien este fuera de
Canarias) lucha, lucha y lucha otro poco más de una y mil maneras distintas
hasta que logres tu objetivo…
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